lunes, 8 de abril de 2013

Iniciación


Olvida tu nombre, olvida tu vida; ya no vives, ya no morirás; desprenderte de todo tu amor, de toda tu compasión de todo lo que llamabas tu. Me dicen.
Me cortan el pelo, aguanto las lágrimas. Aquella melena que había defendido tan fervientemente ahora cae lánguidamente en el suelo, acunada por el viento suave.
Serás más que un dios; Volarás mas lejos de lo que ningún hombre mortal osaría siquiera soñar en sus más atrevidos sueños; serás tu señor absoluto. Me dicen.
Me desnudan y me cortan con sus dagas de hueso, mi piel se tiñe de rojo y mi mira se vuelve mortal. Estoy lleno de odio, un odio que crece con cada nueva marca en mi piel. Ya jamás volverás a sangrar, ni a sufrir; olvida el dolor, olvida la mortalidad y humanidad que te definía. Me dicen.
Se acercan a un lago de sangre verde y repugnante. En ella habita un mal innombrable. En ella beberás el poder. Me golpean en el hombro. Me dicen que me adelante, me dicen que me hunda y me ahogue. Yo obedezco. Algún día probaré esa inmortalidad de las que presumen. Algún día les vería fundirse en ese horrible fango que tiene por cuerpo.
Mi nombre es ahora Verkan Zhamoj. Soy un aprendiz de nigromante.
 

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